ENTREVISTA-. ISMAEL PÉREZ FRANCO. CONTRATADO PREDOCTORAL DE LA FUNDACIÓN VALHONDO 2021-2023.
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Pilar Mansilla
Ismael Pérez Franco, Doctor en Economía y, ahora también, profesor sustituto de matemáticas en la Facultad de Empresariales (UEx), ha sido contratado predoctoral de la Fundación Valhondo desde 2021 hasta la defensa de su tesis en julio de este año.
Ismael, natural de Valdefuentes (Cáceres) y residente en Mérida, siempre supo que quería ser profesor en la Universidad gracias a su tío, un referente para él. Estudió Economía en la Universidad Complutense de Madrid, pero quiso volver a su tierra para desarrollar su carrera investigadora, donde ha realizado la tesis y donde quiere quedarse para continuar con su sueño de seguir creciendo en la labor docente universitaria.
¿Qué te llevó a la docencia?
Desde chiquitito quería ser profesor. Veía a un tío mío, profesor en la Facultad de Veterinaria, como un ejemplo. Siempre le he tenido como referente, hasta el punto de querer estudiar lo mismo que él, pero luego me di cuenta de que veterinaria no era lo mío.
¿Cómo comenzaste tu tesis?
Estudié Economía en la Universidad Complutense de Madrid y también realicé allí el Máster, pero yo tenía claro que quería volver a Extremadura. Veo mi futuro aquí. Cuando estaba terminando el Máster salió una plaza para profesor sustituto en la Facultad de Badajoz, gracias a la que me incorporé a trabajar y conocí a mi director de tesis, Agustín. Me interesé en su línea de investigación porque trata temas que me resultan muy interesantes y realizamos juntos un artículo científico. Entonces surgió también comenzar con la tesis.
Con el paso del tiempo, al ir enfocando mi camino desde pequeño y darse las oportunidades, he acabado realizando una tesis doctoral. Entre otras cosas, gracias a la beca predoctoral de la Fundación Valhondo, que conseguí el segundo año que opté a la convocatoria.
¿Qué has estudiado en tu investigación?
He estudiado el impacto económico de los eventos climáticos extremos. Grosso modo, cuánto vale un evento climático para las actividades del sector primario. En la tesis he analizado dos actividades concretas. Por un lado, la producción de carne de ovino en extensivo en Extremadura, y, por otro lado, la producción de soja en Argentina. Esta última fue sugerencia de mi codirector de tesis, Otto, que es de Argentina, y llevaba tiempo investigando este tema.
¿Cuáles han sido los principales hallazgos?
El evento climático extremo que se ha estudiado es la sequía. En la ganadería extensiva acaba con el pasto y hace que haya que complementar el alimento de las ovejas con más pienso para mantener la productividad y que la explotación no tenga pérdidas, provocando un incremento en los costes ganaderos de explotación. Al verificar esta problemática, estudiamos cuál sería la posible solución. Comprobamos que los ganaderos dependían del pienso, y como los componentes del pienso cotizan en los mercados internacionales, diseñamos una herramienta de futuro sintético para aplicar la combinación óptima que redujera la volatilidad del precio del pienso, consiguiendo cubrirla hasta en un 65%. Esta herramienta la aplicamos entre los años 2012 y 2020, con un resultado exitoso, ya que hizo que la explotación representativa analizada no tuviera pérdidas por la volatilidad.
En el caso de la producción de la soja y maíz en Argentina, donde ambas suman el 28% de las exportaciones, cuando hay una sequía extrema repercute en pérdidas a todo el país. Uno de los principales resultados del análisis fue que las sequías moderadas y extremas producidas en el periodo 2000-2022 llevaron a perder el 57% de las reservas internacionales, más de 24.000 millones de dólares. Con el objetivo de generar una herramienta de adaptación, generamos una proyección de la producción de soja desde 2021 a 2041, resultando que, al aumentar la frecuencia de los eventos climáticos extremos, se producirán más pérdidas en el futuro. Con estos resultados, tras la tesis, se pretende generar una herramienta que ya habían usado en otros países que dependen mucho de un recurso natural. Se llama Fondo Soberano de Estabilización y su objetivo es estabilizar los ingresos fiscales; si hay un año que se produce mucho y se tienen muchos ingresos, se guarda una parte para años en los que existan pérdidas en la producción por los eventos climáticos extremos. Es utilizado, por ejemplo, en Chile, que depende mucho del cobre, y en Dubái, con el petróleo. También lo aplica Noruega para el manejo de las pensiones.
¿Qué ha sido lo más fácil y lo más complicado de estos años?
De lo que más me arrepiento es de no haber hecho ninguna estancia. Creo que es una oportunidad única que tienen los estudiantes de doctorado y hay que aprovecharla. Además de los privilegios que te da la estancia, como es la mención internacional, creo que el mayor privilegio es la experiencia. Yo he ido a muchos congresos, donde mi tesis ha sido muy bien valorada, ya que trata un tema que es muy útil para la sociedad, pero me ha faltado realizar alguna estancia.
Por otro lado, he tenido muy buena suerte porque he tenido muy buenos directores, que me han sabido acompañar. Valoro muchísimo que me hayan ido guiando, teniendo paciencia conmigo y adaptándose a mi ritmo de aprendizaje. De hecho, me siguen acompañando porque, una vez que defiendes la tesis, si te quieres quedar en la universidad tienes que seguir publicando artículos.
¿Qué recomendarías a quien esté empezando?
La tesis es como cuando te sacas el carné de conducir, que cuando te lo sacas estás aun aprendiendo a conducir y, en este caso, cuando te haces doctor aún estás aprendiendo a investigar. Y a nivel personal te ayuda a aprender a enfrentarte a problemas tú solo. En las etapas anteriores de Máster, Grado e incluso colegio, los problemas están ya predefinidos, pero en la tesis se plantean escenarios que, a lo mejor, nadie antes ha desarrollado. Entonces es como ponerte ante un barranco e ir creando un puente para llegar al otro lado. Un desafío. En ocasiones, puede resultar algo agobiante y te hace sentir bastante vulnerable, por eso hay que trabajarla con mucha paciencia, mucho amor y mucho cuidado. En mi caso, además, la etapa final coincidió con el nacimiento de mi hijo y se me hizo un mundo. Gracias al apoyo de mis directores lo saqué adelante. Sin duda, la clave para hacer una buena tesis es tener unos buenos directores o directoras que te guíen de forma honesta y sincera, que sepan escucharte y atender a tus demandas.
¿Qué hay después del doctorado?
Actualmente estoy dando clases de matemáticas en la Facultad de Empresariales. Terminé con la beca el 3 de julio, que fue el día que la defendí y a principios de septiembre ya estaba firmando el contrato de profesor sustituto.
¿Qué expectativas de futuro tienes?
En principio espero que lo de profesor sustituto dure poco y pase a ser un contrato más estable. Pero bueno, eso poco a poco. Este camino es lento, pero mi apuesta, sin duda, es por la universidad. Más allá de haber tenido a mi tío como referente a lo largo de toda mi vida, considero que trabajar en la universidad te hace ser humilde porque siempre hay algo nuevo que aprender. Siempre hay cosas que no sabes y algo por cambiar, algo por mejorar. Engloba todo lo que me gusta: aprender cosas nuevas y la docencia, que es una de las cosas que más me motiva en la vida.
¿Cómo valoras los contratos predoctorales de la Fundación?
El valor añadido de este contrato, para mí, ha sido la tranquilidad de poder enfocarme de manera exclusiva en la tesis. Gracias a la Fundación, que ha sido el sustento de estos años, he podido dedicarle tres años y medio a esta etapa. Sin ella, seguramente se hubiera alargado a cinco años y hubiera tenido que compaginarlo con otro trabajo.
Cuatro nuevos contratos predoctorales comenzarán en la Universidad de Extremadura en 2024, de la mano de la convocatoria de la Fundación Valhondo, para lo que se empleará un presupuesto que supera los 70.600 euros, una inversión en pro de favorecer las oportunidades de dedicación exclusiva a la investigación en Extremadura y fomentar el respaldo de talento joven en la región.
Portada de la Tesis Doctoral de Ismael, creada por José Cardoso 'Seres'.