ENTREVISTA-. JUAN LUIS HERRERA GONZÁLEZ. CONTRATADO PREDOCTORAL DE LA FUNDACIÓN VALHONDO 2020-2023.
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Pilar Mansilla
Juan Luis Herrera González, Doctor en Informática por la Universidad de Extremadura, comenzó su contrato predoctoral a través de la Fundación Valhondo en 2020, defendiendo su tesis el pasado mes de marzo. Un camino lleno de motivación e ilusión, acompañado de resiliencia y paciencia.
Juan Luis, placentino de 25 años, llegó a Cáceres en 2015 para iniciar su carrera universitaria en Ingeniería Informática, un terreno al que le cogió el gusto desde que tenía apenas 7 años, cuando empezó a interesarse en el manejo de los ordenadores. Ya en bachillerato se dejó cautivar por la magia de la investigación, ámbito al que quiere seguir ligado para continuar ampliando su carrera investigadora.
¿Cuándo decidiste que lo tuyo era la informática?
Desde muy pequeño. Yo creo que desde los 7 u 8 años me di cuenta de que me encantaban los ordenadores; ver cómo funcionaban por dentro, la programación, el software y demás. Ya entonces decidí que lo mío era la informática.
¿Y en qué momento decidiste que querías dedicarte a la investigación?
Eso ya llegó un poco más tarde, en bachillerato. Cuando vi la importancia que tiene la investigación y el desarrollo de cosas nuevas. No tanto el aplicar una serie de conocimientos, que también son importantes, sino llegar al siguiente nivel de innovar y avanzar en el estado del arte. En ese momento decidí que quería hacer un doctorado y continuar con la carrera investigadora, algo que ha sido posible gracias a la Fundación Valhondo.
¿Cómo conociste la Fundación Valhondo y qué ha implicado?
La conocí gracias a un par de compañeros que también iban a aplicar a estas ayudas y me dijeron que, al estar homologadas, la Universidad las trataba muy bien. Y, gracias a conocerla, he podido desarrollar la tesis doctoral, cosa que hubiera sido imposible sin estas ayudas.
¿Cuánto tiempo has estado desarrollando tu tesis doctoral?
Empecé en el programa de doctorado en septiembre de 2020 y he estado hasta marzo de 2023; aproximadamente dos años y medio, aunque yo ya empecé a realizar pequeños trabajos de investigación un poco antes. Cuando entré en el Máster de Ingeniería Informática fue para poder continuar con la investigación y con el doctorado.
¿Cómo elegiste el tema de tu trabajo?
Es curioso. Una de las cosas que se ven al inicio de la carrera, que suele ser algo que la gente ya ni recuerda o recuerda bastante poco, es el tema de la optimización y la investigación operativa: utilizar técnicas matemáticas, informáticas y de procesamiento para ver cuál es el mejor método para realizar ciertas cosas (optimizaciones). Y esto es algo que desde el primer momento me llamó muchísimo la atención; me pareció muy curioso que gracias a este tipo de técnicas se pudieran mejorar tiempos y eficiencia. Y a partir de ahí, viendo que había gente trabajando de forma separada en cosas relacionadas entre sí, y valorando que no se obtenía la misma optimización que si se hiciera de forma conjunta, pensé que este sería un tema muy interesante para trabajar en la tesis doctoral.
Resume en breves palabras, para que todo el mundo pueda entender, en qué ha consistido tu tesis y qué has conseguido gracias a tu investigación “DADO: Framework for the Deployment of loT Applications in Edge-Cloud Environments”.
El objetivo principal de la tesis es, utilizando un paradigma que se llama “Internet de las cosas”, que sirve para que, desde una aplicación informática, se puedan obtener y generar todo tipo de estímulos del mundo real, optimizar el tiempo y el coste que necesitan este tipo de aplicaciones para funcionar de forma efectiva. Todo ello orientado a automatizaciones rápidas y rentables en entornos médicos y entornos de fábricas inteligentes.
¿Qué es el Internet de las cosas?
A día de hoy estamos rodeados de dispositivos de este tipo: el típico reloj inteligente de muñeca que mide el pulso, los pasos que das diariamente, o el sueño. O los asistentes de voz, a los que puedes dar órdenes y te dicen el tiempo, te ponen alarmas, ponen música. Este tipo de dispositivos que van tomando datos del mundo real son los dispositivos del Internet de las cosas.
¿Qué relación tiene el Internet de las cosas con la Inteligencia Artificial?
Son complementarios. La Inteligencia Artificial se encarga más bien de crear un sistema informático que se comporte de forma que parezca inteligente, que pueda ir aprendiendo a partir de situaciones que se le van dando, llegando a ejecutar tareas sin necesidad de ser programado para ello. Se utiliza mucho la Inteligencia Artificial en el Internet de las cosas, pero no es necesaria.
Después de tanto tiempo de trabajo, el mes pasado pusiste el broche a la tesis. ¿Qué tal fue el día de la defensa?
Hasta que llegó el momento de presentar estuve bastante nervioso. Yo creo que es imposible llagar al día de la defensa y no tener nervios. Además, en mi caso, al ser tesis internacional, venía tribunal de otros países. Tienes que presentar la tesis y sabes que puede haber errores, pero, a partir de la tercera o la cuarta diapositiva, ya estaba tranquilo; disfrutando de poder mostrar todo lo que he hecho a lo largo de estos años. Fue un día casi de fiesta.
Al ser un doctorado internacional, habrás realizado estancia en alguna universidad fuera de España. ¿Dónde has estado?
Hice una estancia de tres meses en Italia, en la Universidad de Pisa, trabajando en sistemas adaptativos. Ya que conseguimos que la aplicación funcione rápido y a bajo coste que, si hay algún cambio, ese cambio se pueda adaptar rápidamente para no perder esa efectividad. La experiencia fue muy buena; los compañeros de allí son muy buenos en lo que hacen y son muy buenas personas. Y la ciudad de Pisa es bastante acogedora y agradable.
En qué ámbito de la Universidad te sientes más cómodo: ¿investigador, docente o ambas?
Cuando llegué, la verdad es que la docencia me llamaba la atención; no sabía si me iba a gustar o no, pero, gracias a las posibilidades que da la universidad de dar unos pequeños créditos, me gustó la experiencia. También me gusta mucho la investigación, entonces yo diría que voy a tirar por ambas. Mi plan de futuro es continuar con la carrera investigadora; estoy ahora mismo buscando contratos postdoctorales.
¿Cómo definirías tu etapa predoctoral?
Todo aquel que esté realizando la tesis doctoral sabe que es una etapa con mucho trabajo, pero yo diría también que es una etapa con muchísima ilusión. Cuando revisas lo que has estado haciendo en estos meses, en estos años, y ver que ese trabajo es tuyo, que has avanzado el conocimiento del estado del arte con investigaciones que antes de que tú llegaras no se sabían, tiene su recompensa.
¿Qué herramientas consideras esenciales para el desarrollo del doctorado?
Las herramientas principales son la motivación y la ilusión. Te puede fallar en algún momento, pero si pierdes esa ilusión el doctorado se te puede hacer muy cuesta arriba, ya que en una investigación no sabes lo que vas a obtener y puede que estés un tiempo trabajando en algo y que luego falle. La parte de resiliencia es muy importante: que te rechacen un artículo, estar trabajando en una nueva técnica que luego resulta que no funciona tan bien como esperaba. Y, por supuesto, paciencia.
¿Cómo te has organizado en tu día a día durante estos dos años y medio?
Trabajando todas, o casi todas, las mañanas en la investigación: desarrollo de la tesis, nuevas técnicas, análisis de resultados. Y muchas tardes también, reuniéndome con gente otros grupos de investigación para comentar resultados y nuevas ideas. Por suerte he podido colaborar, no solo con el grupo de investigación de la Universidad de Extremadura, sino con grupos de investigación de otras universidades.
¿El doctorado implica dedicar muchas horas solo?
Depende mucho del nivel de organización. Si no tienes una buena planificación es muy complicado realizar el doctorado sin encerrarte a dedicarle mucho tiempo. Pero yo no diría encerrarte solo porque al final siempre vas a tener el apoyo de tu grupo de investigación, de tus compañeros de laboratorio. Sí que es cierto que conlleva un compromiso, pero si te organizas bien, siempre hay tiempo para otras cosas.
¿Quiénes han sido tus principales apoyos en este camino?
Mi familia, por supuesto. Sin ellos no hubiera sido posible ni empezar el doctorado si quiera. Mis amigos y mis dos directores de tesis, que han sido absolutamente fundamentales para guiar el trabajo, para llevar una adecuada organización y saber limitarme, ya que al principio empiezas con mucha ilusión y te pones objetivos que no son realistas. Gracias al apoyo de todos ellos he podido seguir hacia adelante. Y quiero agradecer también a la Fundación Valhondo toda la ayuda en esta trayectoria, ya que sin ella no hubiera podido desarrollar la tesis.
Por último, ¿Algún consejo para tus compañeros y compañeras predoctorales?
El mejor consejo que puedo darles es que no pierdan el ánimo. El doctorado y todos los resultados que van saliendo a veces no dependen de ti. Que te rechacen un artículo no es un fracaso, que hayas trabajado en una técnica y no funcione no es un fracaso, no obtener los resultados que esperabas no es un fracaso. La investigación no es conseguirlo todo; los resultados negativos también son resultados. Es muy importante tenerlo en cuenta. Cuando llegan esos momentos más bajos en los que parece que todo sale mal, ahí es clave seguir adelante.
La Fundación Valhondo presenta cada año su convocatoria de contratos predoctorales en el mes de octubre para apoyar la investigación en la región, facilitando la oportunidad de realizar la tesis doctoral en la Universidad de Extremadura. De entre los más de treinta candidatos, se adjudican cuatro nuevos contratos anuales, uno por cada rama del conocimiento: biomédico, científico-técnico, social y humanidades.